- Revise el equipaje, retire objetos innecesarios y la baca, si no va a necesitarla. Con cada kilo de peso, gasta un 6% más de combustible
El Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) lleva años ‘batallando’ para que se generalicen las técnicas de conducción eficiente. Son sencillas y, sobre todo, eficaces. Reducen un 15% el consumo de carburante y, por tanto, las emisiones contaminantes, en especial las de CO2.
Cómo arrancar. Con motores de gasolina, puede arrancar e iniciar la marcha inmediatamente después. Con diésel, espere unos segundos a que se caliente la bujía de arranque.
Velocidad uniforme. Mantener la velocidad lo más uniforme posible –los controladores de velocidad de algunos modelos lo hacen de manera automática–, evitando frenazos y acelerones, y cambios innecesarios, le hará rebajar el consumo entre un 2 y un 6%. Para cumplir este requisito es necesario conducir con anticipación: marchar siempre con la distancia de seguridad adecuada –lo que redundará en mayor seguridad, al permitirle detenerse sin choques– y manteniendo un campo de visión que le permite ver dos o tres coches por delante del suyo. Cuando detecte un obstáculo o sea necesaria una reducción de velocidad, levante el pie del acelerador y deje rodar el vehículo.
Use marchas largas. Es más eficiente circular con marchas largas y bajas revoluciones, aunque deba pisar algo más el acelerador, que en cortas con el acelerador menos pisado. El IDAE recomienda, respetando los límites, incluso en ciudad, usar 4ª y 5ª (6ª en los modernos).
Decelerar la marcha. Si conduce con anticipación y observa que debe detenerse (por ejemplo, por un semáforo), si levanta el pie del acelerador y deja la marcha engranada, por encima de 1.200 rpm, el consumo de carburante es nulo. Para frenar, hágalo suave y progresivamente.
Parar. Detenga el coche usando el freno de pie y, siempre que sea posible, sin reducir previamente la marcha.
Una conduccion eficiente puede suponer “el ahorro de hasta un 20%, lo que para un conductor que recorre unos 20.000 kilómetros anuales significa aproximadamente unos 300 euros” explica Ángel Suarez, ingeniero del Centro Técnico de Seat, y enumera las pautas a seguir:
– Neumáticos.- Antes de sentarse al volante, compruebe el estado de los neumaticos, y controle periódicamente la presión.
– Carga.- Distribuya la carga correctamente en el maletero. Si fuera necesario llevar un cofre portaequipajes, no olvide que eso penalizará el consumo.
– Arrancar.- No es necesario calentar el motor ni acelerar. Pise el embrague, gire el contacto y salga en primera, pero cambiando rápidamente a segunda velocidad.
– Suavidad.- No pegue acelerones ni frenazos bruscos.
– Anticipación.- Intente anticiparse, por ejemplo, al divisar un semáforo en rojo, deténgase suavemente utilizando el freno motor y quitando el pie del acelerador.
– Revoluciones.- Es recomendable moverse entre 1.200 y 1.300 revoluciones, por lo que a partir de segunda hay que intentar, siempre que se pueda, que el cambio de marchas sea lo más rápido posible.
– Punto muerto.- Muchos conductores colocan punto muerto en las bajadas. Este concepto es erróneo, ya que en ese momento el motor está desconectado de la caja de cambios pero si va consumiendo. El procedimiento adecuado es utilizar el freno motor, es decir, con la marcha puesta y levantar el pie de acelerador.
– Aire acondicionado.- Lo más recomendable es bajar las ventanillas a bajas velocidades y, a partir de los 80 km/h, es preferible circular con la ventana cerrada y el aire acondicionado activado.
Anabel GUTIÉRREZ Julio 2015, revista DGT